El bruxismo es un trastorno que se caracteriza por el rechinar, crujir o apretar los dientes, lo que resulta en su desgaste.

Cómo os hemos comentado con anterioridad, por lo general, el bruxismo está causado por situaciones de tensión o estrés, y puede ocurrir tanto durante el día (bruxismo diurno) como durante la noche mientras se duerme (bruxismo nocturno, que es el tipo más común).

Conocida también como la «enfermedad silenciosa», el bruxismo afecta aproximadamente al 20% de la población.

Es importante destacar que cada vez es más común entre los más pequeños, ya que según la Sociedad Española de Ortopedia (SEDO), el 80% de los niños ha manifestado en algún momento síntomas de bruxismo a lo largo de su infancia.

A menudo, la persona afectada no se da cuenta de que padece bruxismo hasta que alguien más le advierte que rechina los dientes mientras duerme, o hasta que el dentista lo detecta durante una revisión dental de rutina.

El bruxismo suele aparecer a edades tempranas, generalmente en la adolescencia, y afecta por igual a hombres y mujeres. Además, es un hábito perjudicial para la salud del paciente, ya que puede causar desgaste extremo y dolor en los músculos de la mandíbula y en la articulación temporomandibular, dependiendo de su frecuencia.

La fuerza excesiva aplicada al rechinar o apretar los dientes es la principal causa del desgaste dental, fracturas dentales y complicaciones en las prótesis dentales sobre implantes.

El bruxismo puede causar una serie de problemas, entre ellos:

• Hipersensibilidad aguda: el desgaste y fractura de los dientes al rechinarlos puede provocar dolor en la mandíbula.
• Defectos de mordida: el desgaste de los dientes puede alterar la forma en que los dientes superiores e inferiores encajan entre sí.
• Sensibilidad dental: especialmente al frío, al calor y a los alimentos dulces.
• Irradiación del dolor: el malestar puede extenderse a otras áreas, como el cuello, oído o cabeza.
• Dificultad para conciliar el sueño: el dolor provocado por el bruxismo puede dificultar el sueño.
• Dificultad para abrir la boca: los bloqueos en la apertura o cierre de la boca pueden ser signos de una alteración o patología en la articulación temporomandibular.
• Ruidos nocturnos: el rechinar o apretar de los dientes puede producir ruidos como chasquidos, que pueden despertar a la persona.
• Lesiones en la mucosa oral: muchas personas que aprietan los dientes se muerden inconscientemente la parte interna de las mejillas.
• Inflamación de los músculos de la mandíbula, cara y cuello: la fuerza ejercida al apretar o rechinar los dientes puede causar contracturas musculares en la zona oro-facial.
• Disyunción maxilar y trismo: cuando el bruxismo no se trata a tiempo, puede causar alteraciones en la articulación temporomandibular y limitar la apertura de la boca.

Aún así, existen tratamientos para tratar esta afección, cómo pueden ser;

• Tratamiento ocluso-dental: El diseño de una férula de descarga, para evitar el desgaste de los dientes es la forma más común y conocida de tratamiento del bruxismo. La persona que lo sufre debe usarla por la noche, antes de acostarse, y retirarla al levantarse al día El uso de una férula no elimina el bruxismo, sino que amortigua sus efectos negativos.
• Control del estrés y las situaciones de ansiedad: En esos casos lo aconsejable es la aplicación de terapias cognitivo-conductuales, las técnicas de relajación o de meditación.
• Rehabilitación protésica: En casos de bruxismo más avanzado, en los que el desgaste dental ya es elevado, se recomienda rehabilitar con prótesis e implantes las piezas dentales con el fin de recuperar la posición articular idónea.

El tratamiento del bruxismo se centra en reducir el rechinar de los dientes, disminuir el desgaste del esmalte, aliviar el dolor y prevenir posibles daños permanentes en la mandíbula.

 

Por todas estas razones que te hemos comentado en este post, siempre os recomendamos desde la Clínica Puerta de Toledo, que si notas alguno de estos síntomas, no dudes en visitarnos para que nuestros especialistas puedan realizarte un diagnóstico y buscar el tratamiento que mejor se adapta a tus necesidades.